PÁGINAS

viernes, 20 de septiembre de 2019

Serotonia, 2


Avanzo por la novela hasta un momento importante. El enfrentamiento trágico de los ganaderos normandos con la policía. En relación con este «episodio» confluyen aspectos importantes:
-El tímido acercamiento del protagonista hacia la ‘solidaridad’ con los ganaderos se aborta en su mismo nacimiento. Las condiciones que antes hacían posible la reacción de un grupo social contra una injusticia se conviertes hoy en estériles, absurdas. Por dos razones: la multiplicidad de situaciones  laborales «personales» destruyen las inercias tradicionales «de clase». La revolución queda degradada por una curiosa inversión histórica a «revuelta».
   La segunda razón tiene que ver con estas «condiciones objetivas». La situación actual del capitalismo –el “cordón ideológico” tan poderoso de la libertad de mercado, como lo llama el protagonista- acaba haciendo ridícula y completamente ineficaz cualquier acción en clave «proteccionista». ¿Qué son entonces las llamadas en este sentido de las nuevas derechas «radicales», en el caso francés también de la izquierda? Esto no es analizado por Houellebecq, pero sí se dirige una acusación a la UE. En este episodio, y otros anteriores, el autor no deja de mostrar la desesperada situación del individuo aislado, cuyas tentativas de recuperar o conseguir una identidad distinta, con sentido, están llamadas al fracaso. Fracasa la «reconversión» en el antiguo modelo del «macho» cazador (metáfora de formas más viriles y antiguas, pero menos melancólicas) y Florien es incapaz de matar una simple gaviota con su flamante rifle. Fracasan los intentos, como decíamos, de reinventarse como un hombre bajo los ropajes de las antiguas luchas contra la injusticia social. La única rebeldía posible y estéril es dispararse a sí mismo (como hace su amigo, aristócrata y campesino) en vez de hacerlo contra los antidisturbios.
El resultado es la absoluta infelicidad –pero una infelicidad «autoconservadora»- del individuo en el más hermoso y paradisíaco paisaje normando y el regreso de los recuerdos delos amores perdidos. Inmediatamente una cobardía que casi ni le reprochamos: abandona el cadáver caliente de su amigo Aymeric y huye de allí.

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