LA CONQUISTA DE AMÉRICA
Andan todos alterados
(son días electorales)
por las palabras,
parciales,
del amigo mexicano.
Dice Lopez Obrador
que al viejo reino de España
reconocer no le daña
que causó hondo dolor.
Cuando hombres de Cortés
hicieron la noche triste
al llevar armas en ristre
e ir cortando los pies
del amable Moctezuma,
ingenuo azteca que fuma
dando un profundo traspiés.
Pero en España se indignan
y rasgan sus vestiduras
políticos que mendigan
en los puestos de verduras
el voto a los españoles.
No fueron aquellos, dicen,
tiempos de genocidio,
sino de enculturación
pacífica y ponderada,
nada de aniquilación,
solo cristianización
mesurada y ordenada,
que acabó con sacrificios
de aquella gente malvada.
En campaña electoral
no debiste, Obrador,
redoblar ese tambor
de la aniquilación total.
Total fueron cuatro muertos
unos de sífilis, otros tuertos
por incidentes menores,
donde no hubo agresores,
ni se gestaron entuertos.
Y de aquella maravilla
surgió una civilización
que produjo a Pancho Villa
y a una nueva nación.
Agradezcan, mexicanos,
que no fueran los ingleses,
elitistas y burgueses,
quienes pusieran sus manos
sobre sus tierras feraces.
Ellos andan con disfraces,
pero son unos racistas
que no mezclan sus fluidos
ni con cantantes ni artistas
que no sean de piel blanca.
Pérfidos como son
solo pretenden la Banca,
mientras el noble español
mezcla su sangre y su semen
en cualquier nuevo crisol.
No les importa ni temen
que el nacido, y ya español
tenga la piel blanca o negra
con tal de
que bien trabaje
en la Mita o Encomienda,
Es verdad , dice Casado,
que les hizo un gran favor
el clérigo y el soldado,
a aquel pueblo malhechor,
politeísta y cruel.
Y por último le digo
al obispo de Chiapas,
que no nos dé más la chapa
y a Bartolomé Las Casas
que no nos dé más la brasa,
Que aquello fue acontecimiento
más grandioso hasta el momento
de nuestra
Historia mundial
(exceptuando la lluvia
del Diluvio Universal).
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